La Calabaza

La Calabaza

23 marzo 2013

Con el cuerpo en los mandalas.

Las imágenes que van a ver, corresponden a Karina, alumna de uno de los talleres de Geometría Sagrada.

"Cuando las estructuras internas comienzan a romperse, aparecen las imágenes del alma, los secretos que guarda nuestro Ser.
A veces, se anticipan a futuras actividades o destinos. 
El mandala reproduce el mensaje del alma en el papel. A nosotros nos cabe interpretarlo y llevarlo a la práctica.
En la primera imagen, vemos la estructura "Semilla de la Vida" que está "sostenida" por una mano.



Cuando aparecen manos en los mandalas, es indicio de que sus autores son (o serán) sanadores, masajistas, reikistas, etc.

Luego veremos el simbolismo de las manos según los diccionarios de símbolos.

La imagen que sigue, corresponde a la misma estructura y en este caso,  aparece un rostro de perfil.


Ambos, son mandalas trascendidos, esto es: cuando el exterior, lo que está fuera del mandala propiamente dicho, se relaciona con una imagen interior, continuándose.

Muchas veces, las imágenes exteriores completan el sentido del mensaje que el mandala nos quiere dar.

Vamos ahora a analizar la simbología de la mano y el rostro.

Mano: 
            símbolo de actividad y de poder.
            En el budismo, una mano cerrada simboliza los secretos esotéricos que deben permanecer guardados.
             Por el contrario, la mano abierta de Buda, simboliza que él, no tiene ningún secreto.
             El budismo y el hinduismo, poseen una serie de ademanes, cuyo significado simbólico está expresado en las danzas rituales, expresando por ejemplo: amenaza, sumisión, meditación, oración, desacuerdo, etc.

              En África, el gesto de poner la mano izquierda con los dedos recogidos en la derecha, es signo de respeto y sumisión.

              Está muy difundida la distinción simbólica de la diferenciación entre la mano derecha y la mano izquierda, así por ejemplo, la bendición por imposición de manos, se realiza normalmente con la derecha y además se interpreta como una trasmisión de fuerzas reales.

              En el cristianismo, la intervención de Dios, se simboliza con una mano que asoma entre las nubes.

Rostro/Cara:
                         el rostro es un desvelamiento, incompleto y pasajero de la persona. Nadie ha visto directamente su propia cara, a no ser con la ayuda de un espejo.
                         El rostro no es pues, para uno, es para el otro, para Dios.   
                         El semblante, símbolo del misterio, es como una "puerta  de lo invisible"
                         La cara simboliza la evolución del Ser Vivo a partir de las tinieblas hacia la luz.
                         Por la cualidad de su irradiación, se distingue el semblante demoníaco del semblante angelical.
                         Una cabeza con dos caras, alude a Jano  (divinidad romana muy antigua custodio de las puertas, simbolizado por dos caras que miraban hacia lados opuestos).
                         Tres caras, simbolizan la Trinidad.
                         Cuatro caras, simbolizan a Brahma (Divinidad Hindú)

                          Particularmente, no quisiera dejar fuera a Eolo, (dios griego de los Vientos) o Yansá, (divinidad femenina de los vientos y tormentas de la religión Yoruba)

Los conceptos los tomé de los Diccionarios de Símbolos de Udo Becket y Jean Chevalier.

1 comentario:

Iemanjá Espacio Terapéutico dijo...

Quería aportar algo más sobre la creación de Karina.

Aliento: Símbolo de las fuerzas cósmicas vivificantes; en muchos casos, también del espíritu, en particular del espíritu creador en el origen del Universo. Así, por ejemplo, el Taoísmo desarrolla una noción de las nueve corrientes primordiales del aliento cuya confluencia gradual produjo, en el principio, el espacio físico indispensable para todos los seres.
En la India desempeña gran papel el concepto de un aliento que todo lo penetra y que pone en relación los diferentes planos del ser. El atman, la conciencia individual eterna y espiritual que tiende a reunirse, en el término de su evolución, con Brahma la conciencia divina, originariamente se concibió como un aliento; por otra parte la totalidad psicofísica humana se desarrolla en cinco corrientes distintas pero todas relacionadas con la serpiente Kundalini.
Con su aliento, Dios en el Génesis insufla de vida al hombre que acaba de crear, simbolizando en este caso el espíritu creador.

Fuente: UDO BECKER "Enciclopedia de los Símbolos"

Ana Clara.